NUEVO PARVOVIRUS ENTRE NOSOTROS...

Argentina

Última actualización 08/06/2009@17:00:58 GMT+1
La cepa 2c del parvovirus, que ya venía expandiéndose por Europa y Sudamérica, finalmente llegó al país.
Un grupo de investigadores locales confirmó vía diagnóstico de PCR que hubo 14 casos positivos en cachorros, 9 de los cuales se detectaron el año pasado. El equipo de trabajo estuvo compuesto por Marina Gallo Calderón, Nora Mattion y José La Torre, virólogos del CONICET; Danilo Bucafusco, de la cátedra de Virología de la Facultad de Veterinaria de la UBA; Fernando Fogel, del área clínica de la Facultad de Tandil; y Patricia Remorini, de Bayer de San Pablo, Brasil. Su trabajo fue aceptado para salir publicado en la revista Journal of Virological Methods.
Según explicaron en su reporte, una nueva variante antigénica del parvovirus, tipificada como 2c, ya había sido descripta en Italia en 2001. Luego apareció en Vietnam, España, EE.UU., Portugal, Alemania, Reino Unido y Uruguay. Tal como publicó El Cronista Veterinario en su edición de marzo, en Uruguay ya es la cepa prevalerte, y de hecho hay trabajos de investigadores italianos que ponen en duda si las actuales vacunas protegen contra la variante 2c del parvovirus canino.
Pero, si bien la sospecha estaba presente entre colegas y muchos criadores, la 2c no había sido descripta hasta ahora en Argentina. Este trabajo lo consiguió. Los investigadores analizaron por la técnica de PCR las muestras de hisopado rectal de 37 cachorros de entre 2 y 6 meses, y de un adulto de 11 años, todos con sintomatología de parvovirosis. Del total de casos estudiados, en 14 se confirmó la presencia de la cepa 2c.
No es todo: de los 14 cachorros que dieron positivos, 10 habían sido vacunados correctamente de acuerdo a su edad. Además, 9 de los 14 fueron reportados el año pasado, por lo que los investigadores señalaron que la cepa 2c “es la prevalente entre todas las reportadas en 2008”. De los 9, en 8 casos se trató de cachorros de dos meses de edad.
Los cachorros viven en Buenos Aires, Bahía Blanca, Tandil y Río Negro. Son de las razas Ovejero alemán, Schnauzer, Dogo argentino, Rottweiler y otras.
A manera de conclusión, los investigadores dejaron dos temas. Primero, la reflexión sobre si las vacunas que hoy se ofrecen en el mercado efectivamente protegen contra la cepa 2c. El otro punto es que, más allá de la nueva cepa, las variantes ya conocidas también fueron encontradas, lo que habla de la necesidad de no "bajar la guardia" y seguir vacunando a todos los perros.

TeWalter Comas, director técnico de Intervet
“La vacuna Nobivac protege contra la cepa 2c”. Muchos autores sugieren que todas las vacunas formuladas con el CPV-2 original todavía protegen contra las variantes que circulan actualmente. Por otro lado, otros investigadores creen que la inmunidad inducida por las vacunas CPV-2 es efectiva contra el virus homólogo pero significativamente menos efectiva contra las variantes, lo que permite que las cepas agresivas causen infección e incluso mortalidad en perros vacunados regularmente.
Por otro lado, el número de publicaciones que mencionan casos de parvovirosis debidos a la variante 2c en animales vacunados sigue en aumento, lo que sugiere que no todas las vacunas disponibles protegerían por igual.
Un estudio publicado recientemente demuestra claramente que los perros vacunados con vacunas Nobivac (que contienen la cepa patentada C145 de parvovirus canino) están protegidos contra un desafío con la variante 2c, y que la inmunidad obtenida es esterilizante (previene la infección). Los animales vacunados no mostraron ningún signo de la enfermedad mientras que los animales controles sin vacunar desarrollaron graves signos de gastroenteritis y la mitad debió ser sometida a eutanasia.
El trabajo publicado recientemente sobre la variante 2c en Argentina menciona una importante cantidad de casos en cachorros muy jóvenes. Esto plantea la necesidad, en determinadas circunstancias, de comenzar el programa de vacunación a una edad más temprana. Esto es particularmente importante cuando el riesgo de exposición temprana es muy alto, como en el caso de criaderos, pet shops, etc. Las vacunas Nobivac posibilitan la vacunación desde los 30 días de edad con Nobivac Parvo-C o Nobivac Puppy DP.
En situaciones de alto riesgo de exposición, se recomienda reducir el intervalo entre vacunaciones a 15 días.

Leonardo Mauro, veterinario práctico
Sabemos que el parvovirus muta, y la cepa 2c es sólo una nueva variante que apareció en 2000, similar a las que aparecieron antes (2a, 2b), aunque en ese momento todo siguió tal cual como estaba. En la actualidad cocirculan por todo el Mundo, menos en Australia, estas tres variantes. Se dice que la nueva cepa no es detectable con algunos de los test rápidos de laboratorio, y que se necesita secuenciar el DNA viral (RT-PCR) para identificarlo. Además se postula que las vacunas podrían no ser totalmente efectivas.
La opinión de muchos expertos es que esta cepa no es mas patógena ni mas resistente, y que pese a haber variaciones antigénicas, las vacunas (CPV-2 y 2b), aunque no son especificas, deberían proteger igual.
Sabemos que la cepa está entre nosotros. Si bien faltan mas estudios, el punto para comenzar a preocuparse tal vez sería si descubrimos adultos bien vacunados con presentación clínica de PVC o cachorros de madres vacunadas que mamaron calostro y se enfermaron antes de las 6 semanas (los AMP no los protegieron).
Me parece que el tema podría haber sido sobredimensionado y tal vez sólo tener importancia para los virólogos y no tanto para nosotros como clínicos. La causa más importante de falla vacunal para el PVC sigue siendo, por lejos, la interferencia por parte de los anticuerpos maternos (AMP), pero creo que existe una cierta tentación ante un problema a adjudicarle alguna responsabilidad a la presencia de una cepa nueva, pues pareciera más fácil de explicar y defender que lo otro. De cualquier manera hay que estar atentos, pero fallas vacunales con PVC tuvimos siempre. Luego de leer diferentes trabajos, veo que hay muchos investigadores que están sugiriendo una actualización de cepa a los fabricantes. Ahora bien, me queda una duda: ¿esto sería definitivo o al año siguiente, cuando las perras vacunadas con la nueva cepa transfieran a sus lechigadas los nuevos APM actualizados, volveremos a estar en la misma?
Por ahora lo único que podemos hacer es no dejar baches inmunológicos, por lo que deberíamos ajustar los planes de vacunación hasta tener más información, siempre utilizar vacunas de alto título y bajo pasaje en cachorros, y en los muy jóvenes utilizar solo mono o bivalentes. Tampoco aplicar un intervalo muy amplio entre vacunaciones (2 ó 3 semanas, según riesgo), aplicar la última dosis en cachorros a las 16 semanas y finalizar el plan básico con una dosis antes del año de edad, con el fin de montar una sólida respuesta no solo humoral sino la de mayor importancia mediada por células.
Mi reflexión final es que debemos estar tranquilos, pero no bajar la guardia y mantenernos al tanto de las novedades.

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